CARMEN CECILIA PETIT*
La solidaridad constituye uno de los valores humanos por excelencia, se expresa como la colaboración mutua entre las personas, como aquel sentimiento que mantiene a las personas unidas en todo momento, sobretodo cuando se viven experiencias difíciles de las que no resulta fácil salir.
Debido al verdadero significado de la solidaridad no es de extrañarse que escuchemos este término con mayor frecuencia cuando nos encontramos en épocas de guerra o de grandes desastres naturales. De este modo, gracias a la solidaridad es posible brindarle una mano a aquellos que resultan menos favorecidos con este tipo de situaciones.
Se percibe entonces, la solidaridad como un acto social, una acción que le permite al ser humano mantener y mantenerse en su naturaleza de ser social. Debido a lo anterior es que resulta fundamental fomentar y desarrollar la solidaridad en todas sus líneas, ya que no sólo será necesario llevar a cabo las acciones de las que se requerirá en momentos de guerra o desastres naturales, sino que será fundamental aplicar cuando alguno de nuestros seres queridos, ya sean amigos o familiares, tengan algún problema en el que nuestra ayuda o compañía sean un aporte para mejorar en cierto modo la situación.
No es de extrañarse entonces que la solidaridad se comporte como la base de muchos otros valores humanos o incluso, de nuestras relaciones sociales más valiosas, tal como es el caso de la amistad. En este sentido, la solidaridad nos permite sentirnos unidos a otras personas en una relación que involucra sentimientos necesarios para mantener el funcionamiento social normal. En términos más generales, puede incluso permitirle al hombre sentir que pertenece a determinado lugar, en otras palabras, permite desarrollar sentimientos como los de pertenencia a la comunidad en la cual se habita, creando conciencia en sus habitantes a luchar y trabajar unidos para lograr una sociedad digna e igualitaria.
Es por lo anteriormente señalado que en estos tiempos de crisis tanto económica, social y ambiental, los ciudadanos fomentemos la práctica de los valores humanos para reconstruir la sociedad que necesitamos.
Por último invito a todos los venezolanos a solidarizarnos con los hermanos Haitianos y Chilenos en estos momentos tan difíciles para ellos.
*Estudiante de la Especialidad en Docencia Universitaria (UNERG, Venezuela)
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