Maryury Álvarez*
Cuando hablamos de honestidad todos decimos que es un valor, que viene del hogar, y es cierto, hay honestidad en nosotros cuando somos capaces de reconocer cuando algo esta bien y es apropiado para nuestras vidas, relaciones entre otras. Es una cualidad y unos de los valores más importantes para el perfeccionamiento de nuestra personalidad ya que a través de ella podemos ser; transparentes, sinceros, reales, coherentes entre lo que pensamos, hablamos y hacemos. Es pureza interna del alma que refleja frutos de paz, amor, estabilidad, alegría, paciencia humildad, y muchos otros frutos.
Muchas veces decimos “yo soy sincero y digo la verdad tu eres esto o aquello”, perdón eso no es sinceridad, tampoco es honestidad el hombre honesto corrige pero sin herir ni ofender a nadie, actúa con sabiduría.
Honestidad viene del termino latino y Confucio identifica tres niveles de honestidad, pero es importante decir que la honestidad refleja rectitud en el proceder, compostura adecuada ante lo justo, el honor y la honradez, sinceridad sencillez y verdad. Un docente es una autoridad en sentido científico, y debe transmitir su conocimiento, con veracidad, puesto que sus alumnos están dispuestos a creer lo que el diga con respecto a un tema especifico.
Un docente honesto va a fortalecer la honestidad personal en la realización del destino de sus estudiantes va a generar confianza y admiración de sus estudiantes el valorara a sus semejante como seres humanos fomentando a generar confianza, fe, y esperanza. El docente debe ser puntual cumplir con todo lo que debe y aun mas, para formar educando con honestidad intelectual que busquen, amen, perdonen, acepten, vivan, y trasmitan la verdad. La verdad es la honestidad, desde que el niño nace hasta que es hombre adulto se le debe mostrar desde el hogar, escuela y entorno lo que es esto. La verdad destruye todo mal y ella formara al hombre como un miembro digno de la sociedad en que vive para que sepa actuar como gobernador o gobernante.
Como todos sabemos la educación debe tributar a la sociedad con la formación de hombres honestos capaces de mejorar y desarrollar todas las tecnologías apropiadas que brinden soluciones adecuadas en cada momento. A no destruir lo que se nos da, sino cuidar lo que se nos confía. Y es allí donde el docente debe ser uno de los ejemplos mas fieles y esforzados para sembrar desde la escuela con ejemplos de que cuidamos, aprovechamos y usamos todos los recursos humanos y materiales con el máximo de eficiencia.
*Estudiante de la Especialidad en Docencia Universitaria (UNERG, Venezuela)
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