Foucault, usos en educación

viernes, 5 de marzo de 2010

Ética en la Comunicación

Alberto G. Rodriguez U.*


El comportamiento del hombre nunca ha sido una línea recta. Este ha variado en el transcurrir del tiempo con la cultura, el conocimiento, los avances tecnológicos y ello ha generado la posibilidad de asumir conductas humanas o inhumanas. El hombre tiene libertad para decidir su manera de comportarse: digna o indigna.

Para tomar ésta decisión el ser humano cuenta con una herramienta cognitiva que se conoce como Ética, cuya definición es: “la elección de la conducta digna, el esfuerzo por obrar bien, la ciencia y el arte de conseguirlo”, es decir, sería la manera que cada uno de nosotros tiene de ver el mundo, lo cual se puede resumir como la forma de construir nuestra propia vida, pero esa decisión, es decir, nuestras acciones éticas, también sirven para construir o perjudicar la sociedad en que vivimos, porque todos los seres humanos vivimos en convivencia

Lo relacionado con la Ética ha sido estudiado desde hace muchos siglos. Aristóteles, Platón y otros filósofos griegos se refirieron a ello. Igual aconteció con los Padres de la Iglesia, con los Enciclopedistas y en la actualidad este tema no ha dejado de ser objeto de debate.

Y las cuestiones de la Ética salieron del campo de la filosofía para incursionar en todas las áreas de la actividad humana. En la política, la economía, las artes, la gastronomía, en fin, en todos los rincones del quehacer humano está presente la preocupación por la Ética.

Pero hay un área donde se ha puesto mayor énfasis, porque ese sector influye de manera preponderante en la libertad humana de decidir la construcción de nuestra propia vida. Nos referimos a la comunicación humana y más concretamente a la comunicación masiva.

Hasta el momento de la invención de la imprenta las ideas predominantes para ese entonces se mantenían vigentes por mucho tiempo, las costumbres se mantenían totalmente arraigadas y la forma de observar la realidad circundante era menos individualista.

Pero esto fue modificándose con el transcurrir de los años y en la actualidad vivimos en un mundo masificado, donde la comunicación ha alcanzado niveles de rapidez y de efectividad a través de la televisión, la radio, transmisiones vía satélite e Internet, logrando llegar de manera instantánea a millones de personas en todo el mundo, generando modificaciones y sustituciones violentas en las ideas, puntos de vista, costumbres, valores, produciendo una ruptura entre lo que existía y lo que ha surgido, es decir, de valores sustentados en costumbres arraigadas, se pasa a valores multiculturales, individualismo y a la pérdida de responsabilidad.

Carecer de una responsabilidad ante alguien, necesariamente lleva a que la moral, la forma de comportarse no sea la misma, incluso en circunstancias similares, sino que responden a un interés particular o de un grupo determinado.

Esta nueva forma de asumir nuestra apreciación de la realidad que nos rodea tiene una importante fuente de sustentación en la comunicación masiva, porque surge una dualidad de costumbres y forma de comportarnos. Lo que ha surgido es que el hombre se sienta dueño de muchos derechos y de pocos deberes. Valores como el orden, la moral, el deber, la obligación y hasta la honestidad, no pueden ser compartidos como lo fueron en épocas pasadas, cuando los hábitos y creencias eran más estables.

Como consecuencia podemos afirmar que la ética de nuestro tiempo está impactada por una serie de circunstancias que la conducen a una constante inestabilidad. La globalización del conocimiento lleva al hombre a interpretar la realidad de acuerdo a sus intereses y necesidades, pero lo más grave es que la manipulación de la comunicación dirige el comportamiento, empujando a hacer lo que le interesa a un sector particular de la sociedad, haciendo creer que tenemos muchos derechos pero pocos o ningún tipo de deber, lo que significa que unos códigos éticos han sido sustituidos por otros.


*Estudiante de la Especialidad en Docencia Universitaria (UNERG, Venezuela)

No hay comentarios:

Publicar un comentario