IGNACIO J. SIERRA*
El orden alude a que la ética puede y de hecho está presente en todo individuo, indistintamente de su nivel educativo alcanzado, porque al llevarlo a su mínima expresión puede llegar a significar sencillamente entre diferenciar el bien o el mal y actuar en dirección a lo loable, ¿Quién lo define?, la sociedad en su conjunto, la norma que busca el orden, el equilibrio del actuar. La educación, por su parte lo modela, lo perfecciona, lo amplia, y lo exhibe como base de crecimiento del hombre pensante; se supone que mientras más educados somos como individuos, mayor es nuestra ética personal y mayor beneficio social genera, es una especie de dominó, gana quien mejor colocación de piezas logre ubicar en la mesa.
Al manejarse la ética y la educación hace referencia al individuo, o por lo menos le es más afín, pero cuando se asocia a la Comunidad, se forma una trilogía muy armoniosa y funcional, pues se habla entonces de Etica-Educacion y Comunidad, lo que le convierte en una fuerza de modelo colectivo. Si estamos aceptando que los términos separados son de relevante importancia al hombre, cobra especial significación cuando se vincula a la Comunidad, por ser el estado aspirado de una sociedad; que en el caso de la sociedad venezolana, se encuentra maltratada y deforme, enferma en algunas casos, tanto así, que desencadena una verdadera epidemia capaz de arruinar la especie humana, porque al tener ausencia de ética y educación engendra los peores vicios de la sociedad, cuyas caras visibles por nombrar algunos son la corrupción en sus distintos niveles y formas, responsable de daños atroces incuantificables a lo largo de la historia. Algunos autores la responsabilizan de lo que somos hoy día y lo que pudiéramos haber llegado a ser, si se hubiese detenido su crecimiento como defecto social.
Lo que si se tiene claro y palpable al día día, es que son muchos los daños generados, pueblos enteros conducidos al laberinto oscuro y aniquilador. Bases, bases y más bases es lo que requerimos, lo suficientemente sólidas, cuyo principal componente sea la Ética, los valores, como motores que dinamicen el modelo Educativo Venezolano para tener una comunidad cohesionada, garantía de su autorrealización, que aborde al individuo y lo prepare en función del colectivo al que se debe como ser y como activo de una nación dueño de su destino y construcción y sobre todo protegida de los grandes males que le autodestruyen.
*Estudiante de la Especialidad en Docencia Universitaria (UNERG, Venezuela)
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