Foucault, usos en educación

jueves, 31 de julio de 2014

POIESIS TEÓRICA ACADÉMICA PARA LA FORMACIÓN AXIOLÓGICA DE PROFESIONALES UNIVERSITARIOS

Maybelline Pérez
C.I: 15.711.324
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LOS LLANOS CENTRALES
“RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE POSTGRADO
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
UNIDAD CURRICULAR: AUDITORÍAS METODÓLOGICAS IV
SECCION “4”
FACILITADOR: Dr. FRANCISCO FRANCO 


Teorizar desde las significaciones que dan los actores sociales a su realidad ha convertido a las instituciones universitarias en escenarios representados por los mundos axiológicos de los estudiantes y de los estudiantes vivenciados desde su formación universitaria. Las universidades están seriamente comprometidas con la formación de profesionales que puedan comprender que sus realidades de convivencia social intra universitaria, se corresponde con la diversidad de experiencias de los entornos que le ofrezca su ámbito laboral.
            La realidad académica de las universidades compromete su propia identidad organizativa; puesto que están vinculadas al desarrollo de currículos que respondan a la formación integral de profesionales en distintas disciplinas, no obstante, la formación que permite el desarrollo del potencial de los valores -  formación axiológica – continúa siendo un debate permanente, por lo que se convierte en el eje impulsador de esta investigación.
            En esta investigación desde su empírea estoy en la búsqueda hacia el encuentro con los actores sociales involucrados, de tal manera de interpretar para la comprensión una realidad  humana cargada de subjetividades desde los mundos de la vida, vivencias y experiencias de cada uno de los informantes.
            Hipótesis Explicativa: Es la universidad un escenario humano que forma profesionales con una sólida base axiológica.
La dimensión ontológica es en sí misma la que refleja la esencia de formar profesionales íntegros y éticos para llevar a cabo su labor en el ámbito laboral, las universidades cumplen, o deben cumplir con la corresponsabilidad social de egresar profesionales que comprendan que su función está entre otras, en mejorar la calidad de vida de las comunidades, por lo tanto de la sociedad. A propósito Maturana y Varela (2003) respecto al conocer el conocer expresan que:
Nosotros tendemos a vivir un mundo de certidumbre, de solidez perceptual indisputada, donde nuestras convicciones prueban que las cosas solo son de la manera que las vemos, y los que nos parece cierto no puede tener otra alternativa. Es nuestra situación cotidiana, nuestra condición cultura nuestro modo corriente de ser humanos. (p.5).
 
Es precisamente desde los estudios universitarios donde se pueden consolidar algunos conceptos valorativos que son necesarios los reconocimientos y reforzamientos de los valores previamente aprehendidos.
Vale la pena destacar que, es válido pensar en el análisis  de realidades donde se manifiestan hechos en las que se refleja, por parte de profesionales universitarios la no aplicación de elementos axiológicos y deontológicos. En consecuencia, la sociedad plantea que vivimos momentos donde la corrupción cobra fuerte carácter. Por lo que es posible considerar ¿Qué está ocurriendo? ¿Dónde están los valores de los profesionales universitarios? Y la ética?
Existen elementos de causalidad que podríamos mencionar entre otros, poca reflexión frente al reconocimiento del otro ser humano quien, como semejante padece muchas veces, la desconsideración que deviene del profesional de quien espera un servicio integral, lo cual incluye, necesariamente respeto, solidaridad, cooperación, empatía, entre otros. Para Varela y Maturana (2003):
Nuestro objetivo está entonces claro: Queremos examinar el fenómeno del conocer tomando la universalidad del hacer en el conocer, esta trae a la mano un mundo, como problema y punto de partida, de modo que podemos revelar su fundamento. ¿Y cuál será nuestro criterio para decir que hemos tenido éxito en nuestro examen? (p.14)


Como consecuencia, asistimos hoy a espacios sociales donde es difícil el diálogo, la armonía, el encuentro, en fin la convivencia, urge que las universidades, por lo tanto, consideren la formación de profesionales en todas sus disciplinas un ámbito humano fértil en relación al deber ser de una axiología más coherente y congruente entre los seres humanos.

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